Chilenos en Europa: cuando la solidaridad se hace costumbre (Parte II )
En la primera parte de esta entrevista hemos conversado sobre cómo las chilenas y chilenos residentes en el exterior – perteneciente a la red – se han agrupado para conquistar el reconocimiento por parte del Estado de Chile de sus derechos civiles y políticos. Movilizados al calor de las multitudinarias manifestaciones iniciadas el 18 de octubre, han organizando campañas de solidaridad activa con las batallas que se dan en el territorio, por la libertad de los presos políticos de la revuelta y hoy en apoyo a las ollas comunes.
Como Señal 3 La victoria, los invitamos a leer la segunda parte de esta entrevista, donde profundizaremos con la Red europea de chilenos por los derechos cívicos y políticos.
Participación política, voto en el exterior y plebiscito.
La lucha en el exterior ha tenido frutos y es así como el año 2016 las comunidades chilenas pudieron participar en elecciones primarias y presidenciales. Sin embargo, la ley solo los faculta para participar en este tipo de elecciones y plebiscitos. Por ende, estarían excluidos de elegir – y ser elegidos – en una eventual convención constituyente.
Es por ello que un conjunto de Senadores ha presentado una reforma constitucional que busca permitir a la comunidad chilena verse representada en la convención constituyente, añadiendo que los residentes en el exterior puedan participar “en los plebiscitos nacionales y elección de delegados o asambleístas constituyentes”.
A las complejidades de la participación cívica en la lejanía, se suma la desatención que hace el Estado a la realidad de las comunidad en el exterior, la cual se ha visto imposibilitada de poder ejercer el sufragio producto de la falta de medidas que faciliten el ejercicio; ineficiencias en el sistema online y por la situación de crisis sanitaria que ha golpeado con fuerza al mundo y puesto nuevos obstáculos a la participación política.
Una de las propuestas que se ha presentado, por parte de un conjunto de senadores, es la conformación de un distrito internacional y de una cuota de representación para que los chilenos en el exterior se vean representados en una futura convención constitucional ¿cuál es su visión de esto?
Compartimos y formamos parte de la iniciativa. No obstante, estamos muy preocupados pues vemos que el tema no prospera con la celeridad requerida. Las dificultades van desde la correlación de fuerzas en la Cámara hasta el no entendimiento, de una parte, de nuestros propios compatriotas sobre el alcance y la importancia de la gestión. Entendemos que el vaciamiento del espacio electoral es un fenómeno mundial que tiene que ver con la pérdida de credibilidad de la esfera política y que también, se refleja en el exterior. Pero según nuestro entender se trata de generar un cuadro jurídico favorable al ejercicio de nuestros derechos y en ese sentido, vamos a seguir apoyando la iniciativa de ley liderada por el Senador Alejandro Navarro (y otras 3 más) que apuntan a una reforma constitucional que extiende nuestro derecho a estar representados en la totalidad del Proceso Constituyente.
¿Pretenden desempeñar algún rol como organización en la política europea y su relación con América latina y Chile, hay alguna apuesta?
Nuestra red tiene como prioridad la recuperación de los derechos cívicos y políticos de los chilenos en el exterior. Sin embargo, entendemos que estos derechos se desenvuelven en un contexto sociopolítico bien determinado y que están supeditados al devenir de la sociedad. En ese sentido, hemos juzgado pertinente dotarnos de una carta de principios que nos habla de justicia social, igualdad de género, desarrollo sostenible, de paz mundial y derecho a la autodeterminación de los pueblos. Las asociaciones que conforman esta red tienen diferentes objetivos sociales tales como: difusión cultural, recuperación de la memoria histórica, solidaridad con organizaciones de base en Chile, lucha contra la impunidad, asamblea constituyente, etc. Nuestro lugar común es la recuperación de los derechos cívicos y políticos de los chilenos en el exterior y la carta de principios. Y desde ahí esperamos ser una contribución a una sociedad con justicia social, con democracia plena y a una ciudadanía empoderada de sus derechos.
¿Cuál es su estrategia a la hora de movilizarse?
A través de llamados dirigidos a las asociaciones y compatriotas residentes en el exterior para la implementación de campañas o acciones que el Comité Coordinador juzgue oportuno. Enseguida cada asociación en su localidad implementa la iniciativa del acuerdo conforme a sus objetivos y realidad. Se trata de actuar coordinados para otorgarnos visibilidad y generar un mayor impacto.
¿Cuál ha sido el objetivo de sus movilizaciones durante el estallido social y qué impacto han tenido?
Podríamos hablar de 4 objetivos principales: informativo, formativo, difusivo y de solidaridad directa. Lograr llamar la atención de intelectuales, de medias y prensa local que mostraron el fracaso del modelo económico en Chile, lograr que organizaciones como Amnistía Internacional u otras denunciarán las violaciones a los derechos humanos, obtener posicionamientos de partidos y fuerzas o personalidades políticas tanto a nivel de parlamentos nacionales como Europeo, obtener que grupos políticos de izquierda y progresistas fueran a Chile y constataron la realidad generando presión política hacia las autoridades chilenas.
¿Qué importancia reviste estrechar los lazos de solidaridad entre organizaciones chilenas, en el territorio nacional y el extranjero?
La visibilidad que se le da a la problemática, la presión económica y política que se ejerce sobre el gobierno y el intercambio de nuestra experiencia de lucha que se convierte en un aprendizaje mutuo.
Lucha social en tiempos del Covid
Sabemos que Europa ha sido una de las regiones más golpeadas por la crisis sanitaria derivada de la pandemia ¿Cómo han afectado a los chilenos en Europa esta situación en su cotidianidad?
Es un hecho que la crisis sanitaria que origina la pandemia ataca- en cualquier país -a los sectores más vulnerables de la sociedad. La comunidad chilena, salvo excepciones, se caracteriza por ser una comunidad, más bien integrada y con estabilidad laboral. En algunos países también tuvimos que lamentar el deceso de compatriotas a causa del Covid pero todo indica que fue producto de un cuadro clínico particular de los afectados y no por ausencia de políticas públicas. o podemos decir que no se han sentido las consecuencias del desmantelamiento paulatino de la seguridad social y la ineficacia de las autoridades cuanto a la gestión de la crisis, pero nada comparable con el escenario de dolor, hambre y muerte que se vive en Chile donde los trabajadores y pobladores se encuentran en una situación de total orfandad por parte del Estado.
A Través de los medios de comunicación hemos visto que los países europeos han tomado fuertes medidas sanitarias, entre ellas las cuarentenas totales, que han significado la paralización de las actividades económicas. ¿De qué manera ha golpeado esta situación a nuestros compatriotas y sus organizaciones?
Se debe considerar que, si bien el Estado ha intervenido para evitar el desastre total, igual estamos en países capitalistas y la presión, por parte del mundo empresarial, para relanzar prontamente la economía fue enorme. Al mismo tiempo, la Derecha intenta usar la pandemia para ejercer control social sobre los movimientos sociales. Son temas que obviamente nos preocupan mucho.
Pero también nos preocupa la crisis sanitaria, económica y social que se vive en Chile a causa de la ausencia del Estado y de políticas públicas destinadas a paliar los efectos de la pandemia. Por eso, cuando estallaron las ollas comunes, la mayoría de los países europeos aún estaban en pleno confinamiento. Sin embargo, prontamente, las asociaciones armaron peñas y canturreos virtuales, venta de empanadas, pastel de choclo, picnics al aire libre para juntar fondos y apadrinar ollas comunes; también se han organizado conferencias y conversatorios “online” para informar y denunciar. Ahora que las restricciones son menores se multiplican las manifestaciones de solidaridad con los presos políticos chilenos y mapuches de forma presencial y virtual. Sin lugar a duda, la solidaridad se ha adaptado a la situación y no decaerá. Vivimos con Chile en el corazón y solo esperamos que la pandemia pase para generar más solidaridad.
La crisis sanitaria ha puesto al descubierto las profundas desigualdades y contradicciones generadas por el modelo económico, en Chile ha quedado al desnudo el drama social de las familias pobres, las cuales no han podido mantener el confinamiento por tener que seguir trabajando. ¿a qué escala sucede esto en Europa y entre los chilenos y chilenas?
A causa de la presión patronal, el desconfinamiento fue prematuro y muchas empresas no estaban cumpliendo con las medidas sanitarias y los trabajadores, por miedo a perder la pega, acudían igual pero no marcan la tendencia general. Sin embargo, como dijimos antes, los chilenos están más bien integrados en las sociedades de sus países de residencia respectivos y no forman parte de los sectores más vulnerables como, por ejemplo, los migrantes e indocumentados que en plena pandemia y confinamiento salieron a reivindicar papeles y mejores condiciones sanitarias pues lo estaban pasando muy mal.
¿Qué opinión tienen acerca de la gestión de la pandemia por parte del gobierno chileno, se asemejan en algo las medidas que se han tomado los gobiernos de Europa, en materia sanitaria y de seguridad social?
Si bien no todo fue perfecto, no hay comparación con lo que ocurre en Chile. En la mayoría de los países europeos ,las pequeñas y medianas empresas han recibido ayuda del Estado para frenar los despidos y los trabajadores pueden ir a cesantía manteniendo el 70% de su salario. Estamos conscientes que son factores que contribuyen a la estabilidad del sistema pero que no son necesariamente atribuibles a la buena gestión de la pandemia por parte de las autoridades sino, más bien, a que aún existen políticas públicas heredadas del sistema de seguridad social implementado después de la 2da guerra mundial y que han permitido evitar el desastre total y esto gracias a la resistencia de los trabajadores y sus organizaciones sociales que han librado una activa batalla para que estas protecciones no sean arrasadas por el neoliberalismo que cada día gana más terreno en Europa y el mundo.
¿Cómo han repercutido las medidas de restricción a la movilidad y aglomeración en la agenda de la red?
Tener que suspender la realización de nuestro IX encuentro que estaba previsto para principios de abril, cuyo objetivo era afinar las demandas cuanto a nuestra participación en la totalidad del proceso constituyente y nuestras reivindicaciones. Sin embargo, no ha afectado – mayormente – el accionar de las asociaciones en sus localidades respectivas que, aunque con límites, rápidamente se han adaptado a la nueva situación. En cuanto a nuestras acciones comunes, siempre hemos coordinado campañas a distancia y de forma virtual. Y hoy en día, la utilización de plataformas como zoom, kmeet nos ha permitido mantener una dinámica comunicacional para intercambiar información, motivarnos mutuamente y coordinar nuestro accionar.
A la luz de las protestas sociales de los pueblos europeos contra las políticas en materia de protección social y de salud ¿Qué piensan ustedes como organización que lucha por los derechos civiles y políticos sobre esto?
Los sindicatos son toda una institución en la mayoría de los países europeos y cuentan con un gran número de afiliados. Por ende, son escuchados por las autoridades. Si no existiera sindicato la clase trabajadora lo habría pasado ciertamente, muy mal en esta pandemia. Hay que señalar que para que un sindicato tenga influencia debe tener un número de afiliados lo suficientemente grande. Aparentemente, no es el caso de la CUT ni menos de la CTS que surge justamente, desde una postura más clasista pero que tampoco ha prosperado.
La pandemia en Chile nos pilló con un movimiento sindical debilitado y son los trabajadores los que han pagado la factura por no reconocerse en ninguno de estos sindicatos. Otra de las lecciones que sacamos es que un pueblo educado es un pueblo con educación cívica que conoce sus derechos y los defiende. En Chile, todo está hecho para que el pueblo no piense su vida en términos de derechos y eso es justamente, lo que se intenta cambiar – contracorriente – a través de todo Chile. Y cuando decimos todo Chile, nos referimos a nuestros compatriotas que viven en el territorio nacional como aquellos que viven en el exterior.